Coloca los ingredientes secos (harinas, polvo para hornear, bicarbonato de sodio y sal) en el tazón grande y revuelve hasta que queden combinados.
Rompe y vierte los huevos en el tazón pequeño (ver página 5) y bátelos con el tenedor o batidor de globo hasta que la yema y la clara queden de color amarillo pálido. ¡Asegúrate de lavar tus manos con jabón y agua después de manipular huevos crudos!
Agrega los ingredientes húmedos restantes (suero de leche, leche y 2 cucharadas de aceite o mantequilla) al tazón pequeño, y mezcla bien.
Agrega los ingredientes húmedos a los ingredientes secos y mezcla hasta que se hayan combinado. La mezcla estará grumosa; no sigas mezclando hasta que la mezcla quede perfectamente incorporada, pues esto hará que tus panqueques queden duros. Si la mezcla luce muy espesa, agrega de taza de leche (una mezcla más delgada hará panqueques más delgados; una mezcla más espesa hará panqueques más gruesos).
Coloca la sartén sobre la estufa y enciende el fuego a temperatura media. Cuando la sartén esté caliente, agrega 1 cucharada de aceite o mantequilla.
Vierte cucharones de mezcla al sartén y cocina hasta que aparezcan pequeñas burbujas en las orillas de la super cie de cada panqueque. Utilizando la espátula, voltea los panqueques y cocina hasta que queden dorados, aproximadamente 2 minutos. Sirve inmediatamente, bañados ligeramente con jarabe de maple o servidos con una cucharada de mermelada.